Un instante de vinagre

No se si ya he dicho antes que cuando se exigente consigo mismo actualizar un blog se hace complicado (caray, ya empiezo a tener hábitos de anciano estando yo en mis gloriosos 24), para lo que uno encuentra solo dos salidas fáciles que no sean el suicidio: uno espera a que la inspiración lo golpee o ...algo realmente jodido te suceda (una ida a la ciudad sin vialidades, la ida a comiccastle, la dbaexperience, etc).

Para que pase lo primero puedo esperar realmente mucho o empezar a fumar marihuana. Para que suceda la último sin embargo, el mundo se apunta solo: El jefe que se va a Europa y deja tirado el changarro, hacer la declaración de impuestos, la creciente gastritis que te deja el café de la mañana -yo no tomaba café, este nuevo trabajo es maligno-... uno agarra el primero que vea por que al cabo hay de sobra.

Sin embargo también hay ocasiones donde ni el mundo te asedia ni la inspiración te persigue en motocicleta con un ramo de rosas y enfundada en un traje de cuero como el de Trinity. Esos días raros donde tu vida es como la de un pepinillo, eres arrugadito y verde y la vives en un estado feliz-embriagante como si vivieras inmerso en vinagre (les recuerdo que hay gente a la que le gusta el vinagre).

El lunes cumplí años y hasta hoy la vivo en ese trance somnoliento y feliz que deja el vinagre del frasco, Lady Hinata Hyuuga Lunavarga III (que sería mi sagrada novia) se encargó de hacer un día muy memorable.

Hoy no hay roñez, mejor espero a que Burrito Mobile Consulting (mi empresa) me de buenas razones para un post roño... o eso pensaba hasta rato, las comunicaciones en la era digital hacen maravillas; hoy mismo tengo entrevista con la gerente de recursos humanos de BMC... ello seguramente dará de que hablar.